Los Balcones y el Romance
Capitulo 1 Parte Final
Capitulo 1 Parte Final
"Siempre venia a mi mente las palabras que siempre repetias
y tu extraña forma de hablar, esa forma de hablar
que hasta el dia de hoy no se me va"
y tu extraña forma de hablar, esa forma de hablar
que hasta el dia de hoy no se me va"
Jessica corría desesperadamente, como si una jauría de animales hambrientos le cogieran los tobillos, llevaba en una mano un celular que no dejaba de sonar, en la otra, su corazón a punto de reventar de tanto correr; Jessica no perdía la vista de aquella capilla, frente a ella, que la impulsaba aun más a seguir adelante, mientras más avanzaba más y más el corazón le latía sin cesar. La noche era fría y muy cruda, Jessica sentía el frió por su espalda, sus brazos congelados, su piel de gallina, los ojos reventados por el llanto, los labios secos, la nariz tupida. Aún así seguía corriendo y corriendo sin pensar en el dolor en sus rodillas, en los charcos de agua que pisaba o tal vez en su cabello que libre al viento volaba ligero y negro como una bandera pirata con un par de tibias y una calavera.
El aire chocaba sin piedad contra sus rojas y secas mejillas, le retiraba las lágrimas enjugando sus oídos con el néctar de esos enormes ojos marrones, que no separaban su vista de aquella maldita y hermosa capilla, ese aire crudo y mordaz le recordaba los vientos cuando con su padre iba a recoger limones en las mañanas de primaveras, esas que se recuerdan en los peores momentos, esas que te despiertan una noche de verano mientras duermes abrazado de tus memorias tristes, esas que viajan contigo en una carretera sin rumbo, esas que, por más que trates de enviarlas al baúl de los recuerdos siempre estarán en tu almohada acariciándote el cabello, pateándote la cien, amándote en silencio.
Pero una idea llegó a su mente; Jessica se detuvo de un solo tirón, se apoyo en sus rodillas y soltando aire con mucha fuerza pensó, “¿Y si él no me ama?, ¿y si todo a sido una ilusión, un juego de mi mente? Él en realidad la ama, o esta confundido y quién soy yo al final para decirle qué hacer, ¿y si él me esta esperando?”, luego Jessica miro su reloj y siguió corriendo, ahora un poco más lento, pues la capilla estaba cerca, su mirada se perdía en la nada, pensaba en como podía haberlo dejado escapar, dejar de sentir sus manos por tanto tiempo y nunca decirle que lo amaba, olvidar esas noches de contarse cuentos abrazados en la casa de campo, leyendo Dickens, riéndose de García Marques, llorando Allende, apartar de la mente esos paseos por las flores, escondiéndose de la ira de su padre, ser ciega ante la llegada súbita de la realidad que los golpeó y los separó, los hizo madurar y los botó a un pozo sin fondo, a un vació de mierda, a una cumbre del olvido, una vieja mazmorra, a un dolor de oído; eran los amigos inseparables, amigos desgarrables que una mano junto y que el destino por fin se había dado el trabajo de separar. Jessica se detuvo, llegó a las escaleras de la capilla, vieja, con luces, con un color que descifraba los atormentados pensamientos de la joven. Dentro de la capilla. Todo era silencio, solo las cortinas que se movían al compás del desamor; en el altar, dos jóvenes tomados de la mano, el cura frente a ellos, entonando las notas de un verbo que seria realidad al fijar esos votos de amor que se hallaban en los pensamientos de esos dos poetas muertos que irradiaban pasión y ternura, amor y locura; el párroco, viejito, inmundo, destartalado, casi ciego el desgraciado, con manos de hojas muertas en otoño inverosímil, su traje blanco como la seda y con olor a flores primaverales crecidas en el jardín del séptimo infierno; porque era noche especial, dos jóvenes en la penumbra de la oscura noche unirían sus almas en una sola, se casarían con temor al qué dirán, se morirán de amor y ser el uno del otro, de amarse como fuera, de revolcarse en el lodo de la pureza y de la comprensión, de amarse como dioses en cama de espinas, al no saber que un corazón morirá al amanecer al ver su unión perpetua. Jessica llegó decidida a la puerta, tocó el marco y bajó la mirada, miró su otra mano, le temblaba, su pecho se contrajo, sintió un apretón en la boca del estomago, levantó la mirada y estaba él, con su cabello despeinado, sin afeitar, con la camisa veja que ella regaló, todo encogido, maltrecho, pero feliz, con una sonrisa blanca como la nieve de los árticos, con ojos brillantes como perlas y rubíes, al costado, de su mano estaba ella, linda blanquísima como el polo norte, con cabellos dorados, amor en sus mejillas y un vientre listo para empezar a crecer y dar indeseada vida; él miraba a su amada como si fuera la primera vez, acercaba su rostro hacia su mano y con un dulce beso y una mirada cómplice le decía te amo, y ella con lágrimas en los ojos, le obsequiaba la sonrisa más amada y agradecida del mundo. Jessica no dejaba de mirar, todo se volvió oscuro solo estaban ellos dos casándose en la oscuridad de su inocencia, en su locura, en su querer inarrancable, de jóvenes desesperados; pero algo ya no le permitía mirar, eran lágrimas, Jessica tragó aire para no seguir llorando, se cogió el pecho, y se limpio las lagrimas con la mano, volvió a mirar al altar y su mirada se encontró con la de él en el altar.
Él la miró, soltó a su amada y corrió a la puerta, era Jessica, su única amiga y estaba ahí, no lo podía creer, su amada solo siguió la escena sin decir nada, Jessica se quedó inmóvil su cuerpo no le respondía.
- Pensé que no podría hacerlo y sé que es lo que debo hacer. Siento que la amo, siento que estoy haciendo lo correcto y verte aquí, verte parada dándome tu apoyo me confirmo todo, gracias.
- No llores por favor
- Pero es de felicidad de que estés aquí, además tu también estas llorando
- Tu siempre haz hecho lo correcto – dijo Jessica conteniendo sus ganas de abrazarlo y decirle que no lo haga, que no se case, que no la deje
– por eso te quiero tanto
- Yo también te quiero chiquita. Supongo que dejé de ser un simple huevon, supongo que ahora tendré una buena razón para salir adelante no?
- Caray, mi muchacho ha crecido, ya es todo un hombre – soltó una leve sonrisa
- Jess – la besó en la frente – tu siempre estarás en mi corazón, porque me enseñaste a amar… Deséame suerte Chiquita.
Diciendo esto se retiró, regreso al altar donde su amada lo esperaba impaciente, pero aún con ese amor en los ojos, extendió su mano y cogió la de ella, se abrazaron y la ceremonia siguió, Jessica se dio media vuelta dando la espalda al altar y viendo el gran marco de la puerta frente a ella y sin más que hacer, derrotada y con los ojos llenos de lágrimas empezó a caminar, el cura desde el altar interrumpió sus pausados pasos diciendo: Señorita, Disculpe ¿es acaso usted la testigo? Jessica volteó lentamente, los miró y limpiándose los ojos y viendo a los jóvenes en el altar preparados para su nueva vida juntos y aceptando su derrota, su cobardía, su estupidez, dijo sin más escapatoria, Sí, mientras con la cabeza afirmaba lo que sus labios decían y se sentó a escuchar el resto de la ceremonia en una silla cerca de la salida.
Jessica dejó de llorar, él seria feliz, ella, quién sabe, Jessica cogió el celular, se lo puso en el oído y dijo con una voz muy cortada por la pena que salía de su quebrado corazón, casi sangrante: Lo perdí Sr. Montalvan, ahora le toca vivir su historia de amor…Jessica bajando lentamente el celular y sin dejar de mirarlo en el altar, metió su mano en el bolsillo de su vestido y sacó una vieja servilleta blanca en donde con letras azules y muy desgastadas decía: “Te Amo Reina” , él volteó la cara y le sonrió ….Todo Acabo.
Por q siempre escribes tan dificil!!!, tooodo ceremonioso!! y detallista!!.
ResponderBorrarMe gusta! jajaja!
T Xtraño FeR... :(
ResponderBorrarMalditas vacaciones
La sensación del "Cómo hubiera sido?" siempre revoloteará en nuestra mente y nuestros corazones..
ResponderBorrarChévere historia loco...
Definitivamente me tengo que leer todas las historias donde aparezca el sr montalvan, para ver qué relación hay entre ellas.......
Porque la hay cierto?
Buu Buuu qero mi cocoa con gaieta d animalitos XD.
ResponderBorrarChoco Ya vuelve :(
Mil Besos
yo tambien te extraño ferrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr .....
ResponderBorrarLaura: Gracias x el coment, me gusta la prosa dificil, ijijij ademas mis historias, por si no te haz dado cuenta nunca tendran un final feliz, eso lo dejo pal celuloide.
ResponderBorrarMaka: No me xtrañes mucho niña.
EBP: Los Balcones y el Romance es una historia donde el Sr. Montalvan es una pieza clave en la vida del protagonista Bob. Gracias x leer.
Kruda: Asi es la vida, algunas cosas pasan y cambian todo, paciencia y buen humor veras que todo volvera a la normalidad, besos.
Sarita: No me extrañes mi amor, me tienes a tu lado dia y noche, calientame la sopa que estoy llegando en 20 minutos :P