Llegué a la pequeña tiendita en Jr. Quilca en el centro de Lima y compré un par de cigarros y de pronto esa melodia que emitia una vieja radio entró en mis oidos.
"Won't you help to sing. This songs of freedom-
'Cause all I ever have: Redemption songs"
melodia que me recordó esa epoca tan gloriosa y tan especial que ni en mil años podré olvidar...
No recuerdo muy bien como nos separamos, pero si recuerdo muy bien como nos juntamos. Fue en el instituto, mientras cursaba mi primer ciclo de "Diseño". Era chico de 18 años, aparentemente tranquilo, que siempre difrutaba de la compañia de sus amigas que casi siempre lo tomaban del brazo y le lanzaban cariños. Recuerdo que junto con la Chata ibamos camino a comprar helados, aprovechando el break entre curso y curso, fue ahí que sentados en una vereda del instituto, con una guitarra y el aspecto de un vago estaba el Loco (Utilizaré sus sobrenombres para proteger la identidad de mis amigos), nos saludó alzando la mano y nos regaló una enorme sonrisa pastrula, yo le correspondi, aunque siempre ese personaje habia sido ajeno a mi mundo, así que sólo le grité "Quieres helado?" El Loco se paró como un resorte y dejando a sus compañeros de vereda nos siguió. Ya regresando con los helados en la mano, sonrisas y un nuevo compinche, nos encontramos en plena esquina del Instituto con el Gua (Apodo que se ganó por ser de Piura) estaba con la boca llena de combustible, listo para expulsarlo en forma de fuego para entretener a cuanto transeunte se le atravesaba y llenaba de dinero el gorrito que tirado en medio de la pista, le servia como unico compañero. Nos sentamos a observarlo. Luego de un rato el Gua se acercó a la chata y sin pedir permiso, le quitó el helado de las manos y mando tremendo lenguetazo que la Chata sólo le quedó ver la escena recontra impresionada.
-Por que comes tonterias Chatita? Seguro que este par de monses te ha invitado este producto del demonio.Toma (Le dijo mientras sacaba una manzana roja de su maleta) Esto, sí es sano.
La Chata, El Loco, El Gua y Yo, empezamos una amistad muy peculiar, llena de amor puro y mucha, pero mucha Marihuana. Sí, fueron mis días hierba, mis días verdes, fueron días que jamas olvidaré.
Al tiempo preferíamos, el verde pasto del jardin a las aburridas clases de Forma y Color de la Profe Candela, roleando papelitos de mi vieja biblia y alucinando cojudeces hasta que la noche nos abrazaba y sabíamos que era hora de volver.
Dejé de usar mi ropa regular, por pantalones anchos de lana, mis zapatos por unos cómodos Yanquis (hechos de llantas GoodYear), polos con motivos pre colombinos, una cabellera larga con alguna trensa loca que se paseaba por ahi y un morral con infaltables hojas blancas y lápiz carboncillo por si habia que inmortalizar algun recuerdo. Una cajita con hierba, un encendedor, una máquina para hacer tatuajes, hilos para hacer trenzas, una botellita de Ron para el frío y un Libro para culturizarse un poco. Caminábamos por las calles de Maranga, abrazados y casi siempre entre risa y risa, producto de las cantidades industriales de hierba que nos metíamos.
Por las tardes, cuando las clases acababan, nos ibamos a un cuarto que el Gua habia alquilado, y nos tirabamos en el colchon a fumar y beber Ron con Gaseosa, mientras tomabamos fotografias o dibujabamos un poco. O nos ibamos a la casa de la chata, a dormir en su cama de Winnie Pooh.
Fue una de esas tardes friolentas de Julio, casi acabando el primer ciclo y reprobandolo integro los 4, que alguien dio la idea de largarnos de Lima, ibamos a preparar una maleta con 4 trapos e ibamos a conocer el mundo, o el Perú para empezar. Asi que juntamos dinero en Plazas y parques, Micros y Combis. Gua en los malabares con fuego, Loco en la Guitarra, La Chata en las Trenzas y yo en los zancos con la nariz roja. 45 soles fueron suficientes para tomar una combi hasta el peaje de Lurin, donde acurrucados por la madrugada esperabamos, tirando dedo, que alguien nos jalara. Grande fue nuestra suerte cuando un camión, que llevaba aves de corral, se detuvo y nos seudo contrató para ayudarlo a descargar las jaulas de aves en Ica, sin pensarlo subimos, La Chata y Loco en la parte del copiloto; Gua y Yo encima de los Pollos, tapados con una frazada que el chofer amablemente nos prestó diciendo "Para que no se cagen de frío". Solo teniamos la carretera, nuestra libertad y las ganas de vivir la vida... ah claro y Skunk (Hierba).
-Nando!
-Qué Gua?
-La Chata se ha escapado de su casa
-Quuéééé?????
-Que cojuda, a mi me dijo que sí le habian dado permiso
-Nada Brother, Yo la he ayudado a escaparse, jajajaja
-Estamos cagados, huevon, su viejo es tombo...
Continuará...
*No es una Epoca que me enorgullesca recordar, por lo de la marihuana. Si eres chibolo no uses drogas, no tiene nada de divertido.
** Aqui les dejo la cancion que me hizo regresionar en mi mente.
