Palabras Rotas o La necesidad de llorar

Estabamos sentados uno frente al otro, la playa miraflorina, gris como siempre y las parejas un poco alejadas de nosotros, como keriendo escapar de este par de locos de mierda que llevan dos dias mirandose sin hablar. Yo miraba como cojudo mis manos y tu mirabas el mar. Yo buscaba con mi mirada el piso pero me lo interrumpian tus sandalias negras y tus uñas pintadas de rojo. Tu te acariciabas la nuca queriendo que este dia acabe de una buena vez. Mi mirada subio y se choco con la tuya, de improviso, como un jinete calestial lo que tenia ke decir vino a mi mente, tu separaste tu vista de la mia y te hiciste la distraida, cruzaste tus brazos y exhalaste un humo negro.
-La cague?
-Por supuesto
-Nunca te habia visto tan molesta.
-Nunca me habian cagado asi.
-No te rindas Belleza.

Te cogi las manos y besandolas te dije.

-Sabes que muy dentro de ti quieres y puedes perdonarme, sabes que uno nunca tiene la culpa, sabes que solo debes creerme, muy en el fondo lo sabes, pero eres muy orgullosa y eso es lo que me encanta de ti, Dios, por eso estoy aqui hecho un cojudo, besando el suelo que pisas, Solo necesito que me beses y tu y yo volaremos a nuestro sillon, nos estacionaremos fines de semana completos viendo tus series y las mias, acariciaremos la panza peluda de la comodidad, te cocinare los mas exiquisitos manjares, contratare musicos profesionales que token las melodias mas hermosas para que puedan tus ojitos verdes descansar, te recitare poesias por las mañanas mientras te duchas y me incitas a juguetear lanzandome agua, nos esconderemos en el closet para que la oscuridad sea nuestra compañera secreta, atare tu sonrisa a mis manos para que se muevan como un titeres cuando tu lo decidas, me dejare pisotear el alma solo por ver de nuevo renacer tus manos jugetonas en mis cabellos, Unire tu alma con la mia para sentir esa conexion tan rara y tan escalofriante que nos unio desde el primer dia que te bese.

Sacandome tus manos de mi boca, te alejaste, agachaste la cabeza y te limpiaste las lagrimas, me miraste fijamente con odio y me dijiste esa frase que en mi cabeza creo un eco interminable:

-Vete a la mierda

Caiste llorando a mis rodillas y las abrazaste, las mordiste y con tu puño golpeaste preguntandome el por que, todo es un silencio vacio, como una zambullida en una piscina vacia.

La vida no se mide por las veces que respiras, sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento. Fue la ultima vez que te vi. Tres años despues me encontre en un bus con Augusto, recuerdas, el que nos ayudaba a escapar de tu mama. Me conto que te habias casado y que el dia de tu boda en tu mano luciste el hermoso brazalete que te regale, que tu esposo te trato como lo que eras: una Reyna.