Yo, el que no soy, el que nunca fue....Bitacora de una mandada de Mierda

Esas señoras saladas habitantes de horas nocturnas,
se colaban en mis parches, en mis huellas de pubertad,
bailaban el baile inocuo de la muerte,
saltaban por mi paciencia, mi esperanza y mi estupidez.

Esas doncellas cristalinas de dedos humedos que me visitan
junto con la deidad oscura, y se esconde en los siete cuartos antes de las 10
y en los balcones con violines sin tocar
y el romance de andar bailando como loco
en plena lluvia por los Arenales,
en el recuerdo pasajero de escuchar cantar a ese loco pastrulo
que nunca entendias, en la ansiedad de perderte
entre sabanas guindas, pies helados y zapatos moribundos.

Eres el poeta enamorado que vive desnudo en una hoja blanca,
en la universidad de lo peor de mí, que duerme abrazando mis piernas viajeras en la Luna Menguante de mi cuarto, queriendo escapar de esta desnudez de alma y de cuerpo.